Baby-Led weaning y lactancia artificial.

Si realizamos una búsqueda por la red nos encontramos que la mayoría de artículos sobre BLW hablan de este método de alimentación como complemento a la lactancia materna, pero ello no quiere decir que las madres que por la razón que sea estén alimentando a su bebé con lactancia artificial o mixta no puedan seguir este método también.

Aunque el modo de llevarlo a la práctica no difiere demasiado de los casos en que se toma lactancia materna, realizaremos un breve repaso ya que pueden surgir dudas al respecto.

Hasta los 6 meses sólo deben tomar leche, aunque si el bebé está muy interesado en la comida, ya se sienta solo y no tiene reflejo de extrusión no hay problema en que se le adelante un poco el comienzo de la alimentación complementaria. Al principio no comen apenas nada, solo manipulan los alimentos, intentan llevarlos a la boca, chupan algo, por lo que la cantidad de leche que toman no se va a ver afectada de manera significativa.

Hasta el año la leche es el alimento principal por lo que siempre se dará el biberón antes de la alimentación complementaria. Se dará siempre a demanda. Poco a poco conforme vaya comiendo más el bebé irá reduciendo la cantidad de leche que ingiere en cada toma muy lentamente o espaciando las tomas. Habrá que ir ajustándose a su ritmo e ir variando las cantidades según lo que el bebé demande.

Lo más práctico es seguir con la misma marcha que se lleve con el bebé y en las comidas que esté despierto sentarlo a comer con el resto de la familia ofreciéndole lo que sea apto para él. Por ejemplo los primeros días se le puede dar un poco de fruta. Luego se va ampliando y se le va dando patata, guisantes, brócoli…lo que tenga de acompañamiento el plato de la familia, por ejemplo. Lo ideal es cocinar de manera que algo se le pueda dar. Cocinar al vapor, a la plancha, pocos fritos, para así poder darle de lo mismo. En las comidas (o cena, desayuno, etc)  que esté dormido no pasa nada que no se le dé, sus necesidades están cubiertas por la leche.

La única diferencia de manejo práctico respecto a la lactancia materna sería el tema de ofrecer agua al bebé con mayor fecuencia ya que con lactancia artificial, al tener la leche una concentración fija,  pueden necesitar más líquido al tomar sólidos. Con lactancia materna como va cambiando la composición de la leche durante la toma y la del principio es más aguada se regulan ellos solos modificando la frecuencia y duración de las tomas, por lo que les aporta suficiente líquido y no pasa nada si no quieren agua. Habrá que ofrecer al bebé agua durante las comidas y de vez en cuando durante el día. Hay quien prefiere añadir más agua a los biberones diluyéndolos más y quien prefiere darlos a la concentración habitual y ofrecerle agua de manera independiente.